Inspirar a las mujeres a alcanzar su pleno potencial en Cristo; capacitarlas para que profundicen su vida espiritual y pongan su fe en acción al emplear sus valiosos dones a su servicio, llegando a ser así una parte significativa en el apresuramiento del regreso de Cristo. Ministrar con amor y empatía las necesidades espirituales, físicas, mentales y sociales de hombres, mujeres y niños, mostrando y declarando el amor de Dios por la humanidad.